3/2/08

¿Quién cabe en el mundo?

CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA


Si nuestros sistemas políticos fueran lo que dicen ser, en todos los parlamentos se estaría discutiendo ahora una gráfica elaborada por Mathis Wackernagel, investigador del Global Footprint Network (California). Pero no parece que el asunto haya llamado demasiado la atención. Y sin embargo, la gráfica resulta demoledora para las más firmes certezas de nuestra clase política y, por supuesto, para los criterios más evidentes de los votantes. Sobre todo, en un mundo político en el que izquierda y derecha se llenan la boca con los objetivos del "desarrollo sostenible".

La cosa es bien sencilla. El eje vertical representa el Índice de Desarrollo Humano (IDH), elaborado por Naciones Unidas para medir las condiciones de vida de los ciudadanos tomando como indicadores la esperanza de vida al nacer, el nivel educativo y el PIB per cápita. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) considera el IDH "alto" cuando es igual o superior a 0'8, estableciendo que, en caso contrario, los países no están "suficientemente desarrollados". En el eje horizontal se mide la cantidad de planetas Tierra que sería preciso utilizar en el caso de que se generalizara a todo el mundo el nivel de consumo de un país dado. Wackernagel y su equipo hicieron los cálculos para 93 países entre 1975 y 2003. Los resultados son estremecedores y sorprendentes. Si, por ejemplo, se llegara a generalizar el estilo de vida de Burundi, nos sobraría aún más de la mitad del planeta. Pero Burundi está muy por debajo del nivel satisfactorio de desarrollo (0'3 de IDH). En cambio, Reino Unido, por ejemplo, tiene un excelente IDH. El problema es que, para conseguirlo, necesita consumir tantos recursos que, si su estilo de vida se generalizase, nos harían falta tres planetas Tierra. EEUU tiene también buena nota en desarrollo humano; pero su "huella ecológica" es tal que harían falta más de cinco planetas para generalizar su estilo de vida.

Repasando el resto de los 93 países, se comprende que hay motivos para que el trabajo de Wackernagel se titule El mundo suspende en desarrollo sostenible. Como no hay más que un planeta Tierra, es obvio que sólo los países que se sitúen en el área coloreada de la gráfica (por encima de un 0'8 en IDH, sin sobrepasar el número 1 de planetas disponibles) tienen un desarrollo sostenible. Sólo los países comprendidos en esa área serían un modelo político a imitar, al menos para aquellos políticos que quieran conservar el mundo a medio plazo o que no estén dispuestos a defender su derecho (¿quizás racial, divino o histórico?) a vivir indefinidamente muy por encima del resto del mundo.

Ahora bien, ocurre que el área en cuestión está prácticamente vacía. Hay un solo país en el mundo que –por ahora al menos– tiene un desarrollo aceptable y sostenible a la vez: Cuba.

La cosa, por supuesto, da mucho que pensar. Para empezar porque es fácil advertir que la mayor parte de los balseros cubanos huyeron y huyen del país buscando ese otro nivel de consumo que no puede ser generalizado sin destruir el planeta, es decir, reivindicando su derecho a ser tan globalmente irresponsables, criminales y suicidas como lo somos los consumidores estadounidenses o europeos. Tendríamos muy poca vergüenza, desde luego, si condenásemos la pretensión de los demás de imitar el modo como devoramos impunemente el planeta. Pero se reconocerá que la imagen mediática del asunto cambia de forma radical: de lo que realmente huyen es del consumo responsable en busca del Paraíso del consumo suicida y, por intereses estratégicos de acoso a Cuba, se les recibe como héroes de la Libertad en vez de cerrarles las puertas como se hace con quienes huyen de la miseria, por ejemplo, de Burundi (a quienes se trata como una plaga de la que hay que protegerse).

A nivel general, la cosa es mucho más interesante. Es muy significativo que el único país sostenible del mundo sea un país socialista. Suele ser un lugar común entre los economistas que el socialismo resultó ruinoso e ineficaz desde un punto de vista económico. Sorprende que, en un mundo como éste, la falta de competitividad pueda aún considerarse una acusación de peso. En términos de desarrollo sostenible, la economía socialista cubana parece ser máximamente competitiva. En términos de desarrollo suicida, no cabe duda, el capitalismo lo es mucho más.

El mayor reproche que se puede hacer al sistema capitalista es, precisamente, que es incapaz de detenerse e incapaz incluso de ralentizar la marcha. El capitalismo es un sistema preso de su propio impulso. El economista J. K. Galbraith decía que "entre los muchos modelos de lo que debería ser una buena sociedad, nadie ha propuesto jamás la rueda de la ardilla". Sin embargo, nos encontramos con que, aunque nadie lo haya propuesto, este absurdo parece haberse impuesto de hecho: en el capitalismo cada uno trata de imponerse a la competencia aumentando su productividad para no perder mercado pero, al encontrarse todos en la misma carrera, no llega nunca el momento en que pueda detenerse este aumento ininterrumpidamente creciente del ritmo y la consiguiente dilapidación de recursos.

Ante esta dinámica absurda, debemos exigir el derecho a pararnos. No podemos permitir que nuestros ministros de Economía nos sigan convenciendo de que "crecer" por debajo del 2 ó 3% es catastrófico, y no podemos permitir que nuestros políticos sigan proponiendo como solución a los países pobres que imiten a los ricos. Es materialmente imposible. El planeta no da para tanto. Cuando proponen ese modelo saben que, en realidad, están defendiendo algo muy distinto: que nos encerremos en fortalezas, protegidos por vallas cada vez más altas, donde poder literalmente devorar el planeta sin que nadie nos moleste ni nos imite. Es nuestra solución final, un nuevo Auschwitz invertido en el que en lugar de encerrar a las víctimas, nos encerramos nosotros a salvo del arma de destrucción masiva más potente de la historia: el sistema económico internacional.

Carlos Fernández Liria es profesor titular de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid

18/9/07

Ordenança de circulació de vianants i vehicles de Barcelona

El passat 17 de setembre va entrar en vigor la modificació de l'Ordenança de circulació de vianants i vehicles de Barcelona. Com molts haureu vist per la "caixa amb vidre" o llegit als diaris aquesta modificació regula l'ús de la bicicleta. Molt gran ha estat el rebombori ten per part dels ciclistes que considerem l'ordenança de desmesurada i excessiva com per part d'alguns mitjans que consideren el fet de no poder passejar pel carril-vici(sic) un retallament de les llibertats dels vianants.


Sincerament crec que els mitjans s'estan desviant del tema, l'enemic a les ciutats és el cotxe i no pas la bicicleta. Quantes vegades hem sentit a dir dir als pare
s allò de "Quan jo era petit jugàvem al carrer, i ara mira't, tancat a casa". Com volen que els nens juguin al carrer? amb casc i proteccions de futbol americà per si els atropella un cotxe? O potser a una d'aquestes noves places dures de ciment que són més ecològiques perquè no s'han de regar?

Parlant de plantes, amb la quantitat de cotxes que circulen per Barcelona i la quantitat de fum que emeten tenim sort de tenir plataners malalts i el parc de la ciutadella que absorbeixin el
CO2 dels cotxes, clar que és del tot insuficient. Un cotxe emet de mitjana 1,7Kg de CO2 cada 10 Km, multipliquem això per la quantitat de cotxes que circulen per Barcelona cada dia i per la mitjana de quilòmetres que fan.

"Els resultats obtinguts són esgarrifosos, només de pensar-ho prefereixo que els meus fills es quedin a casa a jugar. Deixaré d'utilitzar el cotxe i començaré a utilitzar la bicicleta, un transport sa, no contaminant i silenciós, o potser els transport públics"
.


Aquesta, crec, hauria de ser la resposta general, però amb ordenances com aquesta que en comptes d'afavorir-ne l'ús el limiten i sancionen, i la propaganda com la dels mitjans que desvien el tema a tractar per generar crispació entre vianants i ciclistes en comptes d'enfocar-ho als cotxes com aquest Article del diari gratuït ADN 18/09/2007
Qui és el maco que es treu la bena dels ulls i afronta les dificultats que suposa anar en bicicleta?




"En aquest enllaç hi podeu trobar les modificacions de l' Ordenança de circulació de vianants i vehicles de Barcelona completa, és a dir a part de l'article que afecta a les bicicletes també s'hi pot trobar tot allò referent a l'estacionament de vehicles, la velocitat de circulació... properament en faré una valoració."

3/3/07

ESTAMOS TODAVIA EN OBRAS





Empezaré en breve; no te impacientes.

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